Muchos de nuestros pacientes geriatricos suelen presentar úlceras por presión. En otra sección ya comentamos nuestra profundización en el estudio de este campo de úlceras más allá del campo de la Geriatría.
Según su etiologia una ulcera por presión se puede definir como aquella lesión de origen isquémico, localizada en la piel y tejidos subyacentes con pérdida de sustancia cutánea, producida por presión prolongada o fricción entre dos planos duros, uno perteneciente al paciente y otro externo a él (MJ. Almendariz).
Así, nos encontramos como origen la presión entre dos planos que mediante roce o fricción va ocasionando un descenso de la perfusión de oxigeno en los tejidos con vasodilatación posterior que va a iniciar un proceso inflamatorio, el cual si se mantiene ocasiona isquemia local, trombosis venosa y alteraciones degenerativas que desembocan en necrosis y ulceración.
Estas úlceras tienen una gran importancia en tanto que provocan un gran deterioro de la calidad de vida en los pacientes y van a ocasionar una mayor carga asistencial. Por todo ello es importante la prevención de este tipo de úlceras con detección de factores de riesgo y actuación sobre estos para posteriormente dar un tratamiento adecuado a la lesión.
Entre los mecanismos que provocan las úlceras encontramos:
Como resumen, en el desarrollo de las ulceras por presión encontramos una serie de factores intrínsecos y extrínsecos que exponemos a continuación: