No por ser mayor tienes que padecer demencia. Aunque nos encontramos con una enfermedad prevalente, no todas las personas mayores la padecen. Incluso a veces se les diagnostica de deterioro cognitivo sin que lo padezcan y en el otro extremo, hay demencias no diagnosticadas cuyas manifestaciones son achacadas a “cosas de la edad”. No se debe caer en el error en ambos casos.
La demencia es un síndrome debido a una enfermedad cerebral, crónica o progresiva, con déficits de múltiples funciones superiores ( memoria, pensamiento, orientación, comprensión, cálculo, capacidad de aprendizaje, lenguaje y juicio, etc ) y conciencia clara ( no confundir con síndrome confusional ). El déficit se acompaña de deterioro del control emocional, del comportamiento social o de la motivación, dando lugar a un deterioro intelectual apreciable que repercute en las actividades cotidianas (asearse, vestirse, comer o incontinencia de esfínteres), con una duración del cuadro no inferior a seis meses y habiéndose obtenido la información de la exploración del paciente y de la entrevista a una tercera persona. Estos criterios se basan en el deterioro de la memoria y el pensamiento suficiente para interferir en la vida diaria como requisito primordial para el diagnóstico, pero transcendiendo los límites de un trastorno sólo de la memoria ya que afecta a otras funciones cognitivas.
No todas las demencias son Enfermedad de Alzheimer. Encontramos otros tipos de deterioros cognitivos en función de su etiopatogenia. Así las demencias de origen vascular son también muy frecuentes. Hablamos aquí de las frontotemporales, multiinfarto, Binswanger, enfermedad por cuerpos de Lewy… Hay otras demencias con origen endocrino-metabólico, asociadas a otras enfermedades neurodegenerativas ( Parkinson, Creutzfeld-Jacob …), secundarias a hábitos tóxicos y otros procesos ( neoplasias, infecciones, SIDA …).
Una vez diagnosticado el deterioro cognitivo encontramos varios estadíos de la enfermedad (leve, moderado , grave y muy grave). Para la valoración del estadío nos debemos basar en la valoración del paciente y en el uso de escalas de valoración cognitiva (MMSE, GDS, …). Importante la información que nos pueda dar el familiar/ principal cuidador del paciente. Llegados al diagnóstico , se estimará el grado de afectación cognitiva y si nos encontramos ante un proceso tratable ( déficit de vitamina B12, afectación tiroidea, depresión…) o una enfermedad irreversible para la cual se dispone de tratamientos que “frenan” la evolución pero no revierte la enfermedad, así como de medicación sintomática para aquellos problemas de conducta derivados de la perdida de las capacidades cognitivas. Se añaden las recomendaciones para el cuidador principal que le serán de ayuda en su labor de atención al paciente con afectación cognitiva.
A través de la consulta geriatrica se atienden a todas las esferas con especial atención al proceso de afectación cognitiva.
- Realizaremos una exhaustiva anamnesis, preguntando por antecedentes, hábitos y tratamiento.
- Se evaluará la evolución clínica del proceso.
- Se revisarán analíticas previas del paciente y se realizarán online test y escalas de valoración para con ello dar un diagnóstico mas preciso o ayudar a llegar a éste.
- Igualmente, revisaremos el tratamiento y se darán pautas farmacológicas adaptadas al estado del paciente.
- Se hablara con el cuidador y se responderán todas las dudas que crecen ante el avance de la enfermedad.
Una adecuada valoración realizada por un médico especialista en Geriatría ayudará a una mejora en el tratamiento y en la calidad de vida aquellos pacientes con deterioro cognitivo. Además será un buen apoyo para sus familiares y/o cuidadores.